Hoy, el director artístico del Museu Carmen Thyssen Andorra, Guillermo Cervera, dedica su discurso a un estilo artístico completamente nuevo, el de la pintura holandesa del siglo XVII, también conocido como el “siglo de oro”, consecuencia y testimonio de un período de apogeo creativo. A través de las obras del famoso Jan Josephsz Van Goyen, que forma parte de la exposición “INFLUENCERS en el Arte. De Van Goyen al Pop Art“, así como otras importantes figuras de este estilo, os invitamos a sumergiros en la Holanda como la conocieron Vermeer y Rembrandt, hace cuatro siglos.
Caracterizada por una gran estabilidad política, social y económica, Holanda vivió un período de prosperidad en el siglo XVII, en el que se fomentó el desarrollo de la creación artística, impulsando el mercado del arte ya existente. Como país predominantemente calvinista, la gran pintura de historia o religión, que estaba en primer plano en el resto de Europa, no era tan popular en Holanda, dejando espacio para el desarrollo de otros géneros pictóricos como el retrato, los bodegones y el paisaje.
Muy apreciado por el público holandés, el paisaje se considera un género importante que ya no desempeña un papel secundario en las representaciones, sino que se convierte en el centro de las escenas. Caracterizados por una línea de horizonte baja y la importancia del cielo, los maestros holandeses como Van Goyen o Jacob Van Ruisdael, representaron una naturaleza realista y luminosa, basada en elaborados bocetos frente a la naturaleza, con el objetivo de hacer visible la atmósfera húmeda de estas vistas típicamente nórdicas, que hoy en día se denominan arte “tonal”.
Otro tipo de paisaje barroco holandés popular es el de la marina. Los ambientes marítimos o acuáticos son populares en la pintura, no sólo porque son representativos de un país que fue fuerte tanto comercial como militarmente, sino también porque ilustran un verdadero desafío técnico para pintores como Jan Van Capelle y Jan Van de Velde. Entre el paisaje y las marinas, estas obras todavía nos permiten admirar el conocimiento y la maestría holandesa, que ofrece al espectador la representación de un mundo real y visible lleno de significados espirituales.
La Edad de Oro holandesa influyó muchas generaciones de artistas, desde los famosos pintores románticos ingleses como John Constable y William Turner, hasta la Escuela de Barbizon y más tarde el movimiento impresionista.