El Museu Carmen Thyssen Andorra propone esta semana una nueva visita guiada de la exposición “INFLUENCERS en el arte. De Van Goyen al Pop Art”.
Hoy os invitamos a descubrir “El Valle de Artuby” c. 1924 del artista Josep de Togores. Obra que forma parte de la colección Carmen Thyssen y que podrá escuchar desde casa.
De familia acomodada y con inquietudes intelectuales, Josep de Togores desarrolló una gran sensibilidad por el dibujo y la pintura. Sordo desde los trece años debido a una meningitis, comenzará su formación artística con el maestro Joan Llaverias y más tarde viajará a París gracias a una beca del Ayuntamiento de Barcelona.
Las sucesivas estancias en París, permitirán a Togores entrar contacto con la obra de Paul Cézanne y comenzar una etapa impresionista, compaginando la pintura con la crítica de arte. El Noucentisme catalán también influirá en la pintura de Togores y poco a poco se alejará de los procedimientos impresionistas, para prestar más atención a la línea, el volumen y la materialidad de los objetos.
Aunque la experimentación de Togores, promovida por un cierto desencanto hacia el paisaje, no fue debidamente comprendida en Cataluña, ya que se aleja de la tradición del paisajismo rural, su relación con artistas como Georges Braque, Modigliani, Arístides Maillol, Max Jacob o Picasso, marcará el rumbo de Togores, que buscará su propia voz artística explorando diferentes estilos como el cubismo, la nueva objetividad alemana o la corriente de la plasticidad italiana.
Precisamente, la obra “El Valle de Artuby”, hay que contextualizarla en la antítesis del pleinairisme y corresponde a la serie de paisajes de la región francesa de Var, donde Togores refleja un momento de crisis de su vida. Se trata de una pintura que, a pesar de que su aparente arbitrariedad ha sido estudiada por el artista, que compone el paisaje como una estructura de raíz cubista con dos diagonales cruzadas. En la obra, los colores no buscan ser fieles a la realidad, sino que utiliza una gama sutil que va del gris al verde y que obliga al espectador a moverse con fluidez entre las formas del paisaje.