El Museu Carmen Thyssen Andorra os ofrece esta semana una nueva visita guiada de una obra particular de la exposición “INFLUENCERS en el arte. De Van Goyen al Pop Art“, que podréis descubrir desde casa.
Hoy, el Museu Carmen Thyssen Andorra os invita a descubrir “ La Eterna Primavera “, 1886, del famoso escultor francés Auguste Rodin, que forma parte de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
René François Auguste Rodin (1840-1917), más conocido como Auguste Rodin, es considerado el padre de la escultura moderna. Artista brillante, sin embargo, comenzó una carrera académica mediocre debido a su miopía no detectada, que le causará dificultades para aprender francés. Sin embargo, fue en esta época cuando desarrolló su gusto por la creación artística. En 1854, entró en la Escuela Especial de Dibujo y Matemáticas de París (hoy Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas), donde descubrió la escultura y la técnica de trabajo a través de la memoria visual. Empujado por sus profesores, intentó entrar en la Escuela de Bellas Artes de París unos años más tarde y, aunque aprobó el examen de dibujo, falló tres veces en el concurso de escultura. Fue solo a partir de 1877, a la edad de 37 años, que Rodin tuvo éxito con su obra “La edad de bronce“.
Un artista en sintonía con las tendencias artísticas actuales es el representante de la escultura impresionista, un movimiento que consiste en la representación pura y simple de impresiones visuales, espontáneas y efímeras. Rodin centra su atención en el movimiento y el abandono, dos elementos en los que encuentra la perfección estética y que están irrefutablemente ligados a la naturaleza misma del ser humano: variable y diversa.
Fuertemente inspirado en la escultura antigua, Miguel Ángel y Donatello, el escultor promueve la fuerza expresiva del non finito, que es el hecho de no terminar una obra, voluntaria o involuntariamente, destacando la fuerza espiritual y emocional del soporte. La vocación de Rodin es capturar el movimiento del cuerpo, pero también y sobre todo del alma. No representa las poses de sus modelos, sino sus movimientos como un impulso hacia la ilustración de la realidad.
Esta ciencia del movimiento, también la encontrará en la danza experimental, una forma de arte y de expresión que libera el gesto y pone en escena cuerpos que ya no representan un ideal estético de belleza.