Las personas con trastorno mental grave a menudo tienen dificultades para comunicarse con el entorno. El arte es un vehículo de comunicación y a la vez, un placer que tiene que ser asequible por todo el mundo. El Servicio de Salud Mental del SAAS pone herramientas de formación para acercar la expresión artística a disposición de los usuarios que utilizan sus equipamientos.
En este sentido, el Museo Carmen Thyssen Andorra ofrece por segundo año consecutivo, a los usuarios adolescentes del Servicio de Rehabilitación comunitaria, del Servicio de Salud Mental, una experiencia de contacto con el arte que se valora por ambas entidades como muy satisfactoria.
Por un lado, el programa, diseñado por el museo en exclusiva por este colectivo, acerca a los usuarios a un mundo lleno de sensaciones y matices, en un espacio a menudo poco frecuentado por los adolescentes con o sin trastorno mental. Por otro lado, se los ofrece la posibilidad de asistir a unos talleres que fomentan la expresividad y, por tanto, los mecanismos de comunicación.
Las personas con trastorno mental aportan visiones e interpretaciones del arte que nos enriquecen. A la vegada, el arte es una oportunidad de disfrute y de comunicación para todo el mundo, sin hacer diferencias por razones de salud.
Las dos entidades aseguran que este es un buen paso en la lucha contra el estigma y proyectan continuar trabajando en este sentido.