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Cuando la pintura y la música se funden

La sinestesia, sunaisthêsis en griego, significa literalmente “percepción simultánea”. La palabra se refiere a una experiencia subjetiva en la que las percepciones sensoriales se acompañan involuntariamente de sensaciones complementarias. En otras palabras, la sinestesia es la intersección de varios sentidos. Así, algunas personas pueden ver música, saborear u oler colores.

Charles Baudelaire
Ernest Cabaner

A lo largo de la historia, la música y el arte siempre han coexistido. Ya sea a través de representaciones de músicos, banquetes o instrumentos musicales, las escenas de entretenimiento son sin duda el primer vínculo que se puede encontrar entre las terceras y cuartas artes. Sin embargo, junto con la modernidad, los creadores se centraron cada vez más en el vínculo real e intangible que podía unir los distintos tipos de creación. Durante el SXIX muchas de estas teorías salieron a la luz,

Arthur Rimbaud

como atestiguan el compositor Ernest Cabaner, que solía colorear las notas de sus partituras, o el poeta Charles Baudelaire,

George Frideric Handel

que afirmaba en su “Correspondencia”: Como largos ecos que se funden desde lejos […] Perfumes, colores y sonidos se responden mutuamente. Arthur Rimbaud, por su parte, pasó varios años buscando un lenguaje que uniera perfumes, sonidos y colores, mientras que Stendhal escribió “Vidas de Hayndn, Mozart y Metastasio”, obra en la que establecía una comparación entre pintores y músicos. Según el escritor, Georg Friedrich Haendel era el Miguel Ángel

Alexandre Scriabine

de la música, Christoph Willibald se comparaba a Caravaggio y Jean-Baptiste Pergolesi a Rafael. Poco después, el compositor y músico ruso Alexander Scriabin comenzó a exponer sus teorías sinestésicas con el objetivo de unir a toda la humanidad a través de un arte total y absoluto. Para ello, se propuso crear Mysterium, una composición que permitiera al público ver, oír y sentir. También imaginó un teclado luminoso para su Poema del Fuego, así como un órgano perfumado. Sin embargo, su muerte prematura marcó el final de su proyecto.

Con el siglo XX y la aparición de las vanguardias, el vínculo entre estos dos ámbitos sensoriales se hizo más emocional y conceptual. Junto con la liberación cromática del Fauvismo y el Expresionismo, y más tarde de la Abstracción, la pintura se acercó gradualmente al aspecto subjetivo de la música. Los sinestésicos animaron entonces a su público a ver la música y escuchar la pintura.

Vassily Kandinsky, Composition 7, 1913

Estas teorías fueron desarrolladas principalmente por el ruso Wassily Kandinsky en su obra “Sobre lo espiritual en el arte y en la pintura en particular”, publicada en 1911. El artista, que también era un gran músico, destacaba el hecho de que, para él, las formas y los colores producían una resonancia y vibraciones interiores. A través de sus obras, Kandinsky expresaba sus impresiones y sensaciones sin ninguna referencia externa o realista. Incluso llegó a dar a cada color un equivalente melódico. En sus representaciones, el verde remite al sonido meditativo del violín, mientras que el naranja se aproxima a la poderosa voz de una contralto. El blanco es el silencio. Sus obras, consideradas como las primeras producciones abstractas, están así pensadas, construidas y estructuradas rítmicamente como partituras musicales.

Paul Klee, Rhythmisches, 1930

Paul Klee, por su parte, concedía la misma importancia a la forma y al color. En su libro “Teorías

del arte moderno”, publicado en 1925, el artista desarrolló sus teorías sobre el movimiento y el ritmo, que materializó a través del símbolo del tablero de ajedrez y la repetición.

Hoy en día, Bruno Keip colabora con orquestas sinfónicas para crear sus obras en forma de performances. Para él, cada sonido equivale a un trazo y cada trazo es similar a una nota musical. En cambio, el músico y compositor andorrano Oriol Vilella se inspiró en las obras de KHRÔMA. El mundo emocional del color, para crear una banda sonora original. A través de la paleta cromática utilizada por cada uno de los artistas, Oriol fue quien consiguió dar una nueva dimensión emocional y sensorial a los cuadros.

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